Resulta que en Preparatory or Foundations, según el nuevo curriculum, hay cosas de lo más curiosas. Por ejemplo, hay que leer con los niños todos los días media hora, y la escuela proporciona los libros. La idea es buena, pero llega un momento que recibes 3-4 comunicaciones al día sobre lo que hay que hacer, lo que llega a ser abrumador y deja poco espacio para hacer algo más con los peques.
Por ejemplo, recibido una newsletter bi-semanal (que incluye publicidad de anunciantes locales) que hay que descargar de la web con contraseña, hay un programa con el supermercado local Woolworths para que lo que gastes allí te de puntos que el supermercado devuelve en material escolar a la escuela de tu elección, cada 2 semanas hay un tuck shop para recaudar fondos para múltiples causas organizado por la asociación de padres, hay 2 programas online de refuerzo, uno para leer y otro de matemáticas.
Pero hoy vamos a habla de una de las actividades que no es otra que ver cómo nacen y crecen los pollitos, hay una organización que se encarga de todo, LivingEggs y dan un kit a las escuelas para poder desarrollar actividades. Entregan 10 huevos, una incubadora, comida y múltiple información de forma que los niños pueden ver cómo los pollitos rompen el cascarón, como empiezan a alimentarse, ensucian la caja y beben.
En nuestro caso, nos hemos ofrecido a ser padres adoptivos durante este fin de semana de forma que nos hemos hecho cargo de los 10 infantes (de momento sin ninguna baja). La profesora invirtió 10 minutos en explicarnos cómo limpiar la caja, darles el pienso, llenar de agua el abrevadero y trasladar a los pollos a otra zona mientras limpiabamos la caja. Además insistió muchísimo en que llevaramos el coche para el traslado (estamos a 2 minutos andando de casa -puerta a puerta-) porque todo pesaba muchísimo (tanto que llevé la caja de plástico yo solo y no me fui directo a casa porque tenía el coche aparcado a la puerta del cole). En resumen, que todas precauciones son pocas. Y es que aquí lo del maltrato animal se lo toman muy en serio, como podréis comprobar en este artículo sobre el cese de exportaciones de ganado a Egipto.
Para concluir, la peque está encantada aunque sigue teniendo algo de miedo cuando coge a los pollos para trasladarlos, tendría que ver lo puñetero que es coger una gallina grande en un corral -doy fe-. Los pollos no montan mucho escándalo por la noche y la niña a aprendido que hay que tener cuidado con los más pequeños del grupo, porque los otros pueden hacerle daño.
Y lo bueno es que se pueden devolver el lunes. Y lo más divertido es que teníamos que haber pedido permiso para poder tener los pollos en casa. En Stonnington (incluye Toorak) como son muy pijos, resulta que no admiten pollos sin permisos, y en otras ciudades tienen un número máximo, si no hay que darse de alta como granja. ¿Será por lo de la gripe aviar de los chinos que por cierto habían repuntado de nuevo en China? Espero que en agosto vuelva a estar todo controlado, porque volvemos a España vía Cantón.
Y ya lo último, adivinad que joya había en el kit de actividades a hacer con los pollos. Además de adaptar el 5 little ducks a 5 little chicks, había un archivo Midi con... sí el baile de los pajaritos de María Jesús. No sé si sentirme orgulloso o humillado.
Hasta la próxima.
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