Como parte del desarrollo curricular de Foundation (5 años) se trata la diversidad cultural y hay sesiones donde aparte de respetar la cultura aborigen y los habitantes de las islas del estrecho de Torres, interesante que aunque el gobierno se haya disculpado por los abusos de la generación perdida y tengan el derecho a votar desde 1962 (1965 en Queensland -viva la independencia federal) todavía están intentando modificar la constitución (ambos partidos mayoritarios están de acuerdo, pero se aplaza por las elecciones hasta finales de 2013) para reconocer a los aborígenes el derecho como primeros habitantes del pais, dejando completamente atrás el concepto de terra nullis que permitía a los europeos apropiarse de todas las propiedades sin reconocer derecho algunos a los antiguos habitantes locales.
El caso es que también han organizado sesiones con familiares para hablar de otros países: comidas, costumbres, idioma, etc. En nuestra clase se ha hablado de Egipto, y sí.... de España, porque nos sentíamos obligados a explicar cuál es nuestra bandera, nuestro continente, nuestros trajes regionales más allá del traje de faralaes, que no somos México, y que no todos somos vagos que hacemos la siesta y comemos paella a todas horas como si de italianos y la pasta se tratara.
Y es que si uno mira la página de España en el festival de Eurovisión de la cadena pública SBS, uno se da cuenta de que todavía hay muchos tópicos y mala prensa por el desconocimiento, pues la mayoría de hispanos como puede uno imaginarse no son españoles. Por cierto, el festival aquí es un acontecimiento que se sigue en Federation Square y por televisión desde hace más de 10 años, lo que acerca un poco a los aussies a la vieja Europa.
El caso es que para complementar la visión de la emigración, llevamos a nuestra hija al museo de la inmigración coincidiendo con el festival del chocolate donde hubo degustaciones, exposición formativa sobre cómo se hace el chocolate, vídeos del museo del chocolate de Brujas que nos pareció un poco escaso en su momento cuando lo visitamos en 2005, música en vivo con fados portugueses, bailes aztecas un poco ridis y bailes tíipcos mexicanos, así como muchas actividades para los niños: hacer una máscara maya, un avión con material reciclado, visita al centro multimedia, etc.
También fue interesante la exposición temporal de fotografía sobre los emigrantes irlandeses de la actualidad, y la posibilidad de hacer en el momento un test de nacionalidad para comprobar si estás preparado para adoptar la nacionalidad australiana, que al contrario que la americana no obliga a renunciar a la nacionalidad de origen, es decir, admite doble nacionalidad o dualidad para ser más precisos.
Como curiosidad se puede conocer detalles sobre el famoso test del dictado como barrera para que los no europeos no pudieran emigrar a Australia durante años.
En resumen didáctico, variado y en pleno Flinders pues el edificio era la antigua oficina aduanera de la ciudad (el 80 % de los ingresos del estado de Victoria llegó a proceder de esta fuente de ingresos públicos), aunque a mi particularmente no me gusta mucho el estilo de palacio renacentista me parece bastante frío.