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jueves, 18 de septiembre de 2014

Me cambio de casa

El mercado de alquiler en Melbourne y en general de la propiedad es un descontrol. Mucha gente encadena hipotecas para ir saltando de una propiedad a otra tras subastar la suya, se meten en remodelaciones o construyen su casa desde cero (hay una clara tendencia hacia el apartamento más cercano al centro en los últimos tiempos, pero el estándar sigue siendo la casita con garaje y jardín en el extrarradio) intentando financiar su casa hasta el 100 %. ¿Os suena?

El caso es que los alquileres en Melbourne han permanecido planos o subido no más del 4 % últimamente, y es que el índice de paro ha subido y el consumo por impulso se ha frenado un poco. En nuestro caso, el casero intentó subirnos al concluir el periodo del contrato inicial un 10 %, así que dedicimos mudarnos.

Como ese escenario es muy frecuente, y casi todos los propietarios (landlords) trabajan a través de agencias como Ray White o  Hocking Stuart para hacer las gestiones. Os recomiendo que os leais la letra pequeña del contrato y que consultéis la web del consumidor del estado de Victoria para conocer vuestros derechos y acceder a plantillas sobre cómo hacer comunicaciones a vuestros caseros, por ejemplo si tenéis que abandonar la propiedad por desperfectos mayores, saber qué derechos de reparación sin cargo tenéis, etc.

Como en España hay que pagar una fianza que varía si el piso es amueblado o no, aunque suele rondar por el valor de una mensualidad. Otra cosa importante es que los precios van por semanas, no por meses, y la regla de multiplicar por 4 el valor semanal ayuda para hacerse una idea, pero no es totalmente exacta.

La manera habitual para hacer estos pagos iniciales es mediante cheque, aunque yo lo conseguí negociar para hacer una transferencia bancaria o BPAY (intermediario para mantener la anonimidad de la cuenta que recibe el cargo).

La mayoría de las casas tienen acceso a garaje individual que mucha vez se utiliza como trastero, y los apartamentos o units de las plantas superiores (3 ó 4 alturas) nunca tienen ascensor. Otra cosa que llama la atención es que los buzones no tienen llave en muchos casos y se encuentran en la calle, de forma que las suscripciones pueden desaparecer si no le pones un candado.

No alquiles nunca un piso sin visitarlo previamente. Las fotos son espectacules y cuando llegas las cosas son muy distintas. Por ejemplo, se fotografía con mucha luz y amueblado, pero luego los muebles y la luz natural desaparece. También es importante intentar cerrar visitas con las agencias antes de los días "oficiales" de inspección, porque si esperas a entonces, la casa puede estar ya apalabrada y tendrás más competencia.

En cada visita te dan un papelito que es una declaración de intenciones. Si te gusta y lo quieres, le mandas un dossier con todos tus datos: nacionalidad, contratos, bancos, etc. así como condiciones especiales y precio deseado (suele ser el precio de lista), pero se puede negociar cosas como la duración del contrato y el propietario decide a quién adjudica el alquiler siempre y cuando des una señal o depósito en los días siguientes. Este proceso se puede hacer por fax o lo más recomendable online a través de una aplicación que es el estándar de facto en el mercado Form 1. El sistema es gratuito para la primera solicitud, pero si quieres que guarden los datos y no tener que repetir el proceso tienes que pagar.

Y luego te toca dejar la propiedad y en la lista de verificación que la agencia te manda, resulta que hay que limpiar la propiedad. No os esforcéis en hacerlo vosotros mismos, los estándares de limpieza españoles superan a los australianos, pero se trata de una manera de arañar parte de la fianza. La agencia os pondrá continuas pegas hasta que acuerdes que ellos manden a "sus" limpiadores y te lo deduzca del bond o fianza que se encuentra puesta a seguro en una agencia gubernamental.

Otra alternativa, es buscar tú mismo una empresa de limpieza que te garantice la devolución íntegra de la fianza. Si la agencia se queja, vuelven gratis y te lo vuelven a limpiar. Es decir, le pasas el problema a un tercero y como ya se conocen en el mercado no suele haber problemas y a te toca pagar menos.

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