Bundoora Park se encuentra a 45 minutos del centro en dirección nordeste. Se trata de una agradable planicie con múltiples actividades disponibles, desde la tradicional barbacoa, campo público de golf, granja urbana con entrada familiar por 25 dólares, mini-reserva con fauna australiana (emus y canguros), réplica de un pueblo tradicional y zona de juegos para los niños.
La granja es un sitio divertido donde los peques pueden tocar y contemplar a conejos, cerdos, cabras, vacas, caballos, ponies, gansos, cacatúas; así como un huerto comunitario donde plantan tomates, espinacas, cebollas, manzanilla, romero, menta y otras hierbas aromáticas. Muchos animales llevan nombre en castellano, como Juanita,
El parque se encuentra junto a la desafortunada Universidad de La Trobe, sin relación con su homónima en Estados Unidos. Le ocurre lo mismo que a Notre Dame en Sydney. Los recortes del gobierno central que ha desviado fondos a las escuelas primarias donde según todos los estudios el dinero es más efectivo, ha hecho que muchas universidades privadas se hayan visto obligadas a subir sus matrículas (como en USA donde las universidades públicas han subido sus cuotas de media un 50 % en los últimos 5 años). Y es que el Ministro de Educación ha tomado la educación superior norteamericana como modelo a seguir en Australia.
El caso es que con los recortes, el personal docente y no docente ha disminuido y las clases se han "masificado". Además un dólar fuerte ha hecho que las matrículas de adinerados asiáticos se hayan reducido, hasta el punto que La Trobe ha decidido cerrar su Facultad de Economía.
La zona residencial es muy pulcra, tan limpia que aunque se mezclan las casas modernistas con las de influencia victoriana, debido a la poca densidad de población, todo parece un decorado de cine; eso sí, extremadamente caro como casi todo en estas tierras.
Muy cerca de Bundoora Park, a escasos 400 metros, está la casa Bundoora Homestade Art Center dedicada a galería de arte moderno en la actualidad y antigua casa de un afamado jinete en su momento. La casa me recuerda mucho a Como House con sus rejerías pintadas de verde y placenteras terrazas desde donde contemplar la lluvia.
Las vistas desde el exterior son preciosas, aunque el jardín es pequeño y la colección de arte varía pues consiste en exposiciones temporales, pero la escalera y las vidrieras son de lo mejor que he visto en Australia. Además en muchas otras propiedades el interior está vacío o simplemente el acceso está prohibido, pero en este caso se puede pasear por el interior de forma gratuita.
Para cerrar el día, recomiendo tomarse un café y una excelente tarta de queso con frutas enfrente del parque en el centro comercial Polaris donde es posible ver el atardecer en la soleada terraza del Vorea Café and Bistro.
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