Federation Square Atrium

domingo, 25 de noviembre de 2012

Aterrizando


Pues ya estoy aquí. Y dicho estoy, porque el resto de la familia, vamos Ana y Vega, no llegarán hasta después de Navidad. Ha sido una decisión difícil, pero no parecía apropiado privar a Vega de la Navidad con su familia y amigos. Además, queremos que termine el trimestre en el colegio antes de de incorporarse al colegio en Australia.

El caso es que esta semana ha sido bastante intensa y creo que va a dar para varias entradas. Así que vamos con la primera dedicada al viaje en sí. Lo primero la línea aérea. He viajado con Emirates, de Madrid a Dubai y de Emiratos Árabes Unidos a Melbourne. El vuelo inicial con Boing y luego con un Airbus 380 de doble piso (la zona VIP tiene entrada propia y no puedes acceder al piso superior aunque tengas a algún conocido viajando en ella, o al menos eso le pasó a un viajero que iba en turista como yo).

El servicio online de American Express me daba 2 opciones: Qatar Airlines o Emirates, pero como Qatar da 23 kilos y Emirates 30 kilos de equipaje, me decidí por esta última. Además, después del viaje fallido a Hong Kong de enero de 2012, tenía ganas de probar con ellos... y de ver cómo funciona el Skywards, programa de fidelización, que tenía a cero desde hacía casi un año.

Nota para viajeros, Emirates permite 10 Kilos en cabina y 30 en equipaje, salvo en viajes a Sudamérica y Estados Unidos donde el criterio es el número de bultos y no su peso. Se supone que los niños de más de 2 años pueden llevar el mismo equipaje y además un stroller, buggy o carrito (tengo que buscarlo, pero en Austrlia usan otro término). Eso lo averiguaremos muy pronto.


Lo primero, el cambio de asiento, la chica del drop-off se ofreció a cambiarme a pasillo... lo que no me dijo era que me ponía junto a los lavavos :-( En fin, que no me sirvió de nada, mirarme el Seatguru para encontrar el mejor sitio posible.

Puntos buenos, todos los asientos tienen conector USB para cargar aparatos eléctricos, y además la plaza central tiene conector para portátiles (no los probé, pero la señora de ventanilla estuvo cargando su iPhone). Otro detalle bueno, las lucecitas tipo estrellita que poner en el techo, para simular que estás al aire libre cuando todas las luces se apagan y es hora de dormir.

Lo cierto, es que mi consejo es que como sales a las 9 pm y el vuelo dura 6-7 horas hasta Dubai, en cuanto termines con la cena debería intentar dormir, porque si te entretienes con las películas (Battleship y Grupo 7 -si en español-) luego empiezan con el desayuno y con el follón no hay quien duerma en la última hora y media.

Más cositas, la entrada en el avión de lo más chapuza, primero los VIPS con tarjeta Skywards de las buenas y Business, y luego iremos llamando por zonas. Hasta que media hora después me acerco, pregunto y me dicen que no están embarcando por zonas, así que claro cuando llego no hay sitio para la maleta y tengo que colocarla 3 sitios por delante.

Recuerdo que en 2006, viajamos con Quantas a Melbourne haciendo escala en Singapur y el vuelo total se me hizo bastante más largo, quizás porque hicimos escala en Londres, no lo recuerdo, pero seguro que en Singapur no cambiamos de avión sino que nos sacaron 2 horas para limpiarlo. Así, que lo más probable es que voláramos vía Londres. Además, Quantas tenía alianza con British Airways, ahora AIG después de la fusión tipo toma de la bastilla de Iberia.

El caso es que comparían rutas, pero Quantas está pasándolo mal, no encuentra socia low-cost para Asia, varias huelgas, y ha decidido cambiar de socio. Ahora se ha casado con... Emirates, así que Quantas cambiará de hub y empezará en Abril de 2013 a hacer ruta a Europa vía Dubai. A ver si se hacen un poco la competencia y bajan los precios... porque 923 euros por un billete de ida es una pasada. Estoy viendo anunciando ida/vuelta por 1050 euros, pero supongo que habrá que reserva con mucha antelación. Además, no creo que nadie gane a Emirates a combustible barato.

Volviendo al vuelo, fuimos 2 en 3 plazas. La señora era tailandesa, o al menos me dijo que hacía noche en Dubai y luego iba camino a Bangkok, aunque no creo que fuera a participar a la cumbre del ASEAN que tenía lugar por esas fechas en Tailanda. Iba con un bolso de mano que dejo detrás de mi asiento y que la azafata le obligo a recolocar. Se intento apalancar a dormir usando el asiento central, y la hubiera dejado, si no fuera porque me había levantado a estirar las piernas y corría riesgo de aplastarle la cabeza al sentarme.

Un detalle más, la azafata que me tocó, creo que era italiana me echó un vaso de agua encima, supongo que para que no me durmiera, y a los 5 minutos hizo lo mismo con el pasajero que iba delante mío. Quizás, la que necesitaba dormir era ella. Ahhh, y una cosa superchula son las cámaras delanteras y traseras que muestran a los pasajeros cómo se rueda en pista. Supongo que antes de estrellarse, quitarán las cámaras, lo cual es una pena porque puestos a morirse mejor hacerlo con todo lujo de detalle.

Y cuando llegamos a Dubai, pues a rodar por la pista y a subirse a un bus, y cuando llegas resulta que el terminal está abarrotado. Será el mejor en Duty Free, pero es un aeropuerto agobiante. Totalmente longilíneo. Tiene 3 pisos, el superior para hotel y zona VIP, el inferior que no visité y el central donde están todas las tiendas que a primera hora de la mañana estaba abarrotado, vamos sin sitio para sentarse. Cuando llego, miro los carteles y resulta que el vuelo va con 1 hora de retraso, claro que cuando pregunto en la zona de atención a clientes, me dicen que no va con retraso es que sale a esa hora. Allí averiguo que el vuelo tiene conexión a Auckland.

Y ahora a buscar un sitio, hasta que un par de vueltas encuentro un Costa, franquicia tipo Starbucks que recordaba del viaje de 2008. El sitio es minúsculo y me siento en un taburete para tomarme un café y un croissant por 11 euros (pago en euros y me ofrecen el cambio en dinares de E.A.U.). Así que hasta al rato, veo que los asientos reclinables junto al café y que están llenos de indios, dejan un sitio libre y me voy para allá. Allí fue donde me fijé en el anuncio del cloud de EMC, en la chica que estaba cargando su iPod sentada en el suelo para llegar al enchufe de pared... y poco más porque tenía un dolor de cabeza estupendo y decidí descansar, aunque todavía me dió tiempo a conectarme y subir la foto de marras.

Después de la despedida del trabajo llegué a casa a las 4 y estuve 3 horas a destajo intentando organizar todo y poner orden en todo lo que no había podido mirar antes: tirar, llevar, dejar para que lleve Ana o dejar para la mudanza. Consejo, deja el portátil y el disco duro, si lo llevas, muy a mano en el equipaje de mano, porque te va a tocar sacarlo en Madrid y Dubai. Y no se te ocurra dejarte las lentillas por aquello de que las gafas pitan en el arco del aeropuerto. No hay ser humano que aguante!!! También es recomendable, llevar una maquinilla de viaje para poder afeitarse en la escala y no parece un naúfrago a la entrada de inmigración de Australia.

Pues nada, resulta que menos mal que me da por levantarme y veo que han adelantado la salida, así que a correr y sin comprar nada en el Duty Free. Otro control para salir de Dubai y al autobus, y cuando llegamos resulta que meten a la gente por las 2 escalerillas, supongo que para no freirnos en el calido clima desértico, pero en lo que no caen es que en el angosto pasillo (mi Samsonite certificada casi no cabe) hay tráfico en los 2 sentidos, así que la salida se retrasó aún más.

Para tranquilizar al personal, el piloto que tiene apellido hispano, nos indica que el retraso se ha debido a pequeños problemas técnicos que ya se han subsanado. Un detalle positivo es que había pedido comida baja en calorías, y me sirven el primero, mientras los demás esperan una eternidad. Lo malo es que la bebida extra, agua ya viene en la bandeja, llega bastante tarde. Da la sensación de que la tripulación no puede con tanta gente. Y del café o té ni contarlo, aunque me propuse no probarlo. La comida no estaba mal, aunque 2 comidas de pollo es suficiente para mi, un poco de variedad sería de agradecer.

El vuelo transcurrió sin problemas, salvo unas turbulencias que me pillaron cuando estaba limpiándome los dientes (pasta y cepillo cortesía de Emirates) por lo que tuve que volverme a mi sitio. Después de 10 minutos sin quitar la señal del cinturón y con todo el mundo deambulando por allí, decidí hacer lo que todo el mundo, pasarme por el forro las indicaciones de la tripulación y terminar de cepillarme los dientas.

ESta vez me toco ir en la zona central con un indio. Resulta que su amigo se había acoplado en mi sitio, supongo que para hablar a gusto, pero como tenía peor plaza que yo y se estaba haciendo el sueco, decidí no cederle la plaza. El caso es que el viaje fue un poco más incómodo, pero suficiente para dormir un buen rato y estirar las piernas un poco en la parte de atrás. Por cierto, los servicios deben estar pensados para japoneses, porque es realmente complicado hacer casi cualquier cosa en ellos, hasta para lo que están pensados. De agradecer la colonia, eso sí con control anti-robo.

Y ya estamos en Tullamarine... No ha sido tan difícil, aunque ahora queda lo divertido inmigración...

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