Ya conocíamos Queensland de nuestra visita en 2006 a Cairns y el arrecife de coral. En esta ocasión, elegimos ir a la parte más civilizada y al sur del estado. El clima favorece a la economía y en la actualidad es el lugar con mayor crecimiento después de Perth. Es decir, tras la minería de WA, lo que más tira de la economía australiana es el turismo... y la minería de Queensland.
El estado tiene 3 aeropuertos muy próximos entre sí, por lo que conviene comprobar los precios e inclinarse por el más barato en ese momento. En nuestro caso, fue Gold Coast situado más al sur y más barato que Brisbane (a 40 mins. de la ciudad) y Sunshine Coast más al norte aún, que luego comprobamos que era poco más que un aeródromo.
Luego lo mejor es alquilar un coche en el mismo aeropuerto. Hay muchas empresas, algunas locales, pero algunas ponen límites de kilómetros, o seguros, así que nos decidimos por Europcar que por un Hyundai i20 con menos de 6000 kilómetros nos cobraron aproximadamente 25 dólares al día. Eso sí, era manual, pero había personal esperando en buzz hasta bien tarde y nada de teléfonos o casilleros con clave para poder sacar el coche del depósito.
El alojamiento fue diferente, porque elegimos una urbanización de vacaciones (holiday village) y a las 9 cerraban la recepción, por lo que te piden la tarjeta de crédito por teléfono, te cargan la tarifa de no presentado y te dicen que la caseta-cabina está abierta y las llaves estás dentro. En España, es difícil de creer tanta confianza (no quiero imaginarme qué pasa si te encuentra el sitio patas arriba cuando llegues), pero aquí es la segunda vez que nos lo hacen.
Gold Coast, con su máximo exponente en Surfer Paradise, es como Benidorm. Altas torres de edificios junto a la playa, vida hasta tarde y poca diferencia (salvo en los precios) respecto a otros destinos playeros. Nosotros tuvimos la "suerte" de ver cómo preparaban el circuito urbano para la carrera más conocida Gold Coast 600 (v8 donde casi siempre gana Holden, la marca local de GM).
La principal atracción de la zona son los parques de atracciones, con mejor tiempo que en París y en mayor número. Nosotros nos decidimos por MovieWorld. Una franquicia de Warner Bros donde las montañas rusas dan la talla, la zona infantil es muy atractiva, en especial los surtidores de agua que brotan del suelo y que apetecen lo suyo si el calor acompaña, los espectáculos y "parades" son mejorables y las tiendas no están mal en relación calidad-variedad-precio.
Es recomendable comprar las entradas online por anticipado para obtener descuentos, y si se va a estar más tiempo aprovechar para hacer alguna compra combinada para entrar en el resto de parques: dreamworld (recientemente evacuado por un incendio forestal), seaworld...